Hoy hablamos de una especie de termitas que cuentan con una peculiaridad muy curiosa. Son capaces de suicidarse explotando para matar a su enemigo, habitualmente otras termitas que estén atacando al termitero.

Ya se conocían algunas termitas y hormigas capaces de emplear esta técnica llamada autothysis que consiste en destruirse así misma a través de una ruptura interna o la explosión de un órgano que rompe la piel. Esta especie, la Neocapritermes taracua de la Guayana francesa, además de emplear esta técnica para defender al termitero, emplea a las termitas más viejas para este fin, con un complejo veneno formado por cristales de color azul. Si os fijáis en el vídeo, se observa cómo en su espalda entre el tórax y el abdomen se observa una mancha azul. Esa mancha azul es una especie de saco que estaría formado por unos cristales proteínicos de dos tipos que sólo al explotar la bolsa se mezclan y producen un compuesto tóxico y pegajoso. Cuando la termita se siente atacada hace que explote esa especie de mochila liberando este compuesto que al ser pegajoso se adhiere al cuerpo del enemigo haciendo más efecto el elemento tóxico. El compuesto entonces de pega al cuerpo de su enemigo y le corroe.

Estas mochilas azules son propias de las termitas obreras y se ha comprobado que aumentan de tamaño con la edad de las termitas, siendo las más mayores las que tienen mayor cantidad de material tóxico. Cuando las temitas obreras van perdiendo capacidad de trabajo, van ganando capacidad destructiva como “kamikazes”.

De esta forma cuando el termitero es atacado serían las obreras con mayor cantidad de compuesto azul las que explotarían con mayor facilidad. Las que tenían menor compuesto también podían explotar pero aguantaban mucho más que las otras, eran las más viejas las explotaban más fácilmente y con mayor liberación de sustancias tóxicas.

El estudio fue publicado publicado en la revista Science en 2012 donde a modo de curiosidad los editores de la revista recordaban un frase del creador de la Sociobiología, el entomólogo Edward O. Wilson: “Mientras que los humanos mandan a la guerra a los hombres jóvenes, los insectos envían a las señoras mayores”.