A la hora de enfrentarse a las termitas, las empresas de control de plagas tienen diferentes recursos en los que confiar para eliminar a este xilófago y a otros que consumen madera. Uno de los más desconocidos y curiosos es el tratamiento por anoxia, un proceso muy demandado si la termita, carcoma etc. está en un determinado tipo de mobiliario, realizándose en las instalaciones del cliente.

Generalmente este tipo de técnica se emplea en elementos de gran valor histórico o artístico que con otros tratamientos podrían resultar dañados. Antes de la aparición del tratamiento por anoxia, lo que se hacía era fumigarlos con los daños que podía ocasionar. Ahora gracias a este método las empresas de eliminación de termitas no dudan en confiar en él para un mobiliario de estas características.

¿Qué es el tratamiento por anoxia y cómo funciona?

El tratamiento por anoxia consiste en meter el mobiliario infectado en una bolsa termosellada. En ella se va quitando el oxígeno o se deja una pequeña concentración, eliminando cualquier insecto sin tener en cuenta en qué fase esté (huevos, larvas y adultos.)

Con este método, el material no sufre ningún tipo de daño ya que siempre se mantendrá a una temperatura y humedad adecuada. Generalmente las condiciones dentro de esta bolsa suelen rondar entre 24-28 grados y unos niveles de oxígeno entre 0,3-0,5%.

Con el objetivo de que las condiciones no varíen durante todo el proceso, se realizará una monitorización para asegurarse que las condiciones de desinsectación son óptimas y que el proceso está en perfectas condiciones. Este tipo de tratamiento suele durar sobre los 30 días, quizá un poco más, dependiendo de la gravedad de la infestación.

Este sistema no solo se aplica en muebles, se puede aplicar en diferentes objetos como piezas de arte, libros, etc., sin dañar la estructura y evitando que se deterioren por la acción de estas especies.

Ventajas de la anoxia en la erradicación de termitas

El empleo de anoxia aporta muchos beneficios para aquellas entidades que apuestan por él, bajo el asesoramiento de empresa de gestión de plagas.

La primera ventaja es que el artículo no se mueve del lugar donde esté, evitando posibles daños o desperfectos. Recordamos que esta técnica, generalmente, se emplea en artículos históricos o de gran valor artístico.

Otro beneficio es que es un método ecológico. No se emplean productos químicos y hay unas labores de control y monitorización que garantizan que se elimina cualquier tipo de insecto, sin tener en cuenta en qué fase se encuentre.

Por último, y no menos importante, no afecta el objeto tratado. No deja residuos ni olores, por lo que no afecta a la apariencia física del artículo, dejándolo como estaba.

Eso sí, a la hora de efectuar este tipo de tratamiento se debe confiar en profesionales. Es un método complicado y de difícil ejecución. Por eso la única vía recomendable es apostar por empresas de control de plagas. De hecho, museos, bibliotecas o instituciones no dudan en contratar sus servicios y asegurarse de que sus artículos estén libres de cualquier tipo de xilófago y sigan conservando sus propiedades intactas.