Las termitas, al igual que las hormigas y las abejas, son considerados insectos sociales, pero ¿por qué se les define así? Os explicamos el por qué.
A las termitas se les considera insectos sociales porque forman comunidades donde todas las actividades son colectivas, repartiendo sus funciones entre las diferentes castas mediante una compleja comunicación entre los individuos.
En la comunidad existen diferentes castas, especializadas para realizar un determinado trabajo. La especialización es tal, que conforman grupos claramente diferenciados tanto en la función especializada que desempeñan, como en su aspecto y estructuras corporales.
En las especies socialmente avanzadas, existen 3 castas claramente diferenciadas; las obreras, las soldado, y las reproductoras. Estos insectos viven en colonias gobernadas por sistemas rígidos de castas. Las tres castas difieren radicalmente en su apariencia y en sus responsabilidades.
Las termitas obreras son las responsables de los daños ocasionados en la madera de nuestras viviendas. Son blanquecinas, y habitualmente se confunden con “hormigas blancas” aunque existen claras diferencias entre termitas y hormigas. Son ciegas y utilizan sus antenas para orientarse en la misión de llevar el alimento al resto de la colonia, así como de construir las galerías y túneles que forman el termitero. Mediante una mezcla de barro, saliva y heces crean los túneles o chimeneas que les permite el tránsito hacia sus fuentes de comida manteniendo las condiciones de humedad y temperatura necesarias para su subsistencia.
Las termitas soldado cuentan con unas grandes y diferenciadas mandíbulas y son de color amarillento-anaranjado. Su única función es la de defender a la colonia de otros atacantes, siendo su mayor enemigo las hormigas. Su gran cabeza y pronunciadas mandíbulas, no les permite alimentarse por sí solas, y necesitan la ayuda de las obreras para ello.
La termita reina pertenece a la casta de las reproductoras. Entre las reproductoras hay machos y hembras de color oscuro con alas totalmente desarrolladas y ojos compuestos. Cuando el nivel de humedad es apropiado, los machos y las hembras termitas alcanzan la madurez y participan en un vuelo nupcial. Una vez finalizado el vuelo, pierden las alas y se aparean. Después, un macho y una hembra, que se convierten en reproductores primarios (es decir en rey y reina de la colonia, cuya única ocupación es la producción de huevos) crean un nuevo nido. Las reinas y reyes de las termitas viven más tiempo que los otros miembros de la colonia, siendo además las reinas más grandes que los demás individuos. En ciertas especies tropicales, la reina y el rey viven diez años, y la reina alcanza un tamaño enorme, a veces hasta 20.000 veces superior al de las trabajadoras. Su abdomen llega a distenderse hasta tal punto por los huevos que la deja incapacitada para moverse. La puesta de huevos alcanza un ritmo prodigioso, que llega a los 30.000 diarios en algunas especies. La mayoría de las colonias de termitas sólo tienen una pareja real.