
Dentro de la amplia variedad de termitas que podemos encontrar en la naturaleza sólo dos tipos pueden crear problemas: las termitas subterráneas y las termitas de la madera seca. Las primeras son las que causan verdaderos inconvenientes en los inmuebles y su nombre viene derivado porque viven en túneles bajo el suelo, construidos por ellas mismas. De todas formas, viviendo bajo nuestros pies, ¿cómo es posible que encuentren alimento las termitas?
Han sido varios los estudios que han analizado el comportamiento de este xilófago y es realmente interesante, ya que se trata de un insecto sociable con una estructura muy marcada. De hecho, conocer su comportamiento puede servir a las empresas de eliminación de termitas a actuar con mayor celeridad y que el problema no sea tan grave.
A la hora de buscar alimento, esta especie se desplaza en grupos analizando aquellas zonas donde puedan encontrar madera o materiales que contengan celulosa. Este desplazamiento se realiza a través de túneles creados por ellas mismas. El área a explorar puede variar dependiendo de tamaño de la colonia, la especie de termita o factores climáticos como la humedad y/o la temperatura.
También emplean otra estrategia que es desplazarse por el borde de los cimientos de edificios, tuberías… hasta llegar a la comida. De todas formas, por mucho que encuentren alimento en los inmuebles ¿cómo son capaces de entrar en el interior de los mismos?
¿Por dónde entran las terminas a una vivienda?
Uno de los modos más habituales de las termitas es construir un túnel hasta una grieta o brecha en el hormigón, ladrillo, azulejo etc. Pasarán por ellos y no cejarán en su empeño hasta que encuentren al producto que contenga celulosa o esté fabricado en madera. De ahí que los inmuebles antiguos o los cascos antiguos de las ciudades sean habituales focos de este xilófago. Tendremos que fijarnos si en esos lugares comienzan a aparecer restos de tierra seca que en realidad no es más que los túneles que han estado haciendo.
Otro lugar por donde suelen acceder es por los marcos de puertas y ventanas. Si son de madera, es un llamamiento para ellas por lo que se debe tener cuidado y revisarlas cada cierto tiempo.
Por último, encontramos las vigas de madera tanto las que están a la vista como ocultas. De hecho, puede catalogarse como un punto habitual, si sufrimos una plaga de termitas. Por eso, hacer unas labores de inspección para localizar esos túneles de barro resulta fundamental. Estas “edificaciones” les sirven tanto para trasladarse como para evitar que les dé la luz.
Como puedes observar el apetito voraz de esta especie le permite acceder a las viviendas aunque estén construidas en hormigón. Por eso, ante la más mínima duda de su presencia, ponerse en contacto con una empresa de gestión de plagas. Ellos disponen de los recursos necesarios para localizarlas, analizar el grado de infestación y apostar por el tratamiento más efectivo. Cabe recordar que en la mayoría de los escenarios, una vez que se localiza el problema está bastante extendido.