¿Por qué las termitas ayudan a parar desiertos?
3 de enero de 2019

Todos relacionamos a las termitas con un insecto peligroso para las edificaciones de madera. Este animal se va comiendo poco a poco la estructura y para cuando nos damos cuenta, tenemos un problema importante en nuestro edificio, hogar…

Ahora se han dado cuenta que gracias a las galerías que cava este tipo de insecto frena la desertización de la tierra.

El motivo es que gracias a los túneles que crean las termitas, cuando es época de lluvias el agua se conserva mejor ¿Por qué? El agua se canaliza por los canales creados por este insecto con lo que no se evapora, ni se escurre por lo orografía. De esta manera facilita la permeabilidad y como consecuencia la fertilización del terreno.

Esta técnica lleva año utilizándose en las zonas más áridas de África (zona Sahel), donde los lugareños antes de que llegue la época de lluvias, se dedican a realizar agujeros en la tierra para meter un compost (relleno de abono, semillas…) con el único fin de atraer a las termitas. Este material sirve de alimento a estos insectos y los habitantes aprovechan la red de túneles creada para que el agua filtre dentro del terreno y poder así cultivar.

En total, se calcula que en los últimos 35 años, gracias a este método se han recuperado casi 3 millones de hectáreas de terreno de la desertización, sin contar la producción de alimentos para miles de familias que han surgido con esta técnica.

Esta no es la primera vez que se conoce el trabajo de las termitas frente el avance de los desiertos. Un estudio realizado por la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, y publicado en la revista Science aseguró que los montículos que construyen las termitas en las zonas áridas, ayudan a frenar el avance de la desertificación.

Además de canalizar el agua, las termitas combinan partículas orgánicas de piedra, barro y arena con material orgánico y esta mezcla permite retener los nutrientes necesarios para que el suelo resista la erosión.

Con estas acciones, suelos que en teoría tienen que ser desérticos por la escasa cantidad de precipitaciones que caen a lo largo del año, se convierten en terrenos fértiles donde la vegetación es protagonista.

Así que aunque estos insectos no estén muy bien vistos en nuestra sociedad. Hay que reconocer que en algunos ecosistemas son beneficiosos, siendo el semiárido el más marcado.