El Ayuntamiento de Irun ha anunciado para esta primavera el comienzo de los tratamientos para elimnar cuatro focos de termitas detectados en la Parte Vieja de Irun en Gipuzkoa. El tratamiento consistirá en la aplicación de cebos contra termitas y tendrá una duración de 5 años.
Irun es un municipio de unos 60.000 habitantes perteneciente a la provincia de Gipuzkoa, fronterizo con Francia separado únicamente por el río Bidasoa.
Ya existían evidencias desde hace tiempo de la presencia de termitas en algunas de las calles más antiguas de esta población, y en mayo del pasado año se realizó un estudio para analizar el alcance de la plaga de termitas. Se analizaron 105 edificios, encontrando 3 edificios afectados con riesgos estructurales, y otros 17 también afectados pero todavía sin daños de gravedad en la estructura. Se localizaron hasta cuatro focos de termitas localizados en la trasera de Korrokoitz, la calle Papinea, en la zona de Eguzkitza, y entre las calles Larretxipi y Peña. También se analizarán otras zonas en busca de la presencia de termitas en Uranzu y la zona de Santiago.
En total los edificios afectados en la Parte Vieja suponen un 18% , y es el propio Ayuntamiento quien destinará parte de su presupuesto para realizar los tratamientos que realizará una empresa especializada en termitas. Se trata de eliminar las colonias de termitas antes de que se extiendan a más viviendas y que causen mayores daños en los edificios ya afectados.
Debido a que la actividad de las termitas en estas fechas es mínima debido a las bajas temperaturas, será en primavera cuando se inicien los tratamientos.
Tras una primera fase de detección de los edificios afectados, se colocaran las estaciones para interceptación de las distintas colonias de termitas. La interceptación se produce cuando las termitas empiezan a alimentarse de la celulosa depositada en estas estaciones. Posteriormente se procede a la sustitución de la celulosa por el cebo, de modo que las termitas comienzan a traladar el veneno hacia la colonia, de modo que acaba consumiéndolo la totalidad de termitas de cada termitero. Cuando llega la fase de muda del exoesqueleto las termitas son incapaces de realizarla por el veneno ingerido y mueren. Después durante un tiempo se procede a la inspección peiódica para verificar que no aparecen nuevos ejemplares. Por todo ello se calcula el tratamiento en unos cinco años en los cuales deberían desaparecer por completo los cuatro focos de termitas detectados.